"The product that will not sell without advertising will not sell profitably with advertising". (El producto que sin publicidad no se vaya a vender, no se venderá de modo rentable con publicidad).
Esta es una de las frases más reconocidas del
famoso pionero de la publicidad, Albert Lasker. Este publicista, pasó gran
parte de su carrera tratando de comprender qué era realmente la publicidad, y
la verdad es que él mismo, forjó la publicidad tal y como la concebimos hoy en
día.
Lasker,
a quien por lo tanto, podríamos llegar a considerar como el padre de la
publicidad actual, era un hombre valiente, al que le entusiasmaba el riesgo y
cualquier reto interpuesto en su camino. Su vida en la publicidad se vio guiada
por la curiosidad que tenía hacia ella, y fue él quien la convirtió en algo
activo, lejos de seguir siendo un simple recordatorio.
Este hombre, amaba las ideas y la
originalidad, e invertía en ellas sin tener en cuenta el dinero. Así que, lejos
de preocuparse por la rentabilidad de las ideas y el conseguir a clientes de
grandes marcas, creía en una publicidad mejor, y diferente. Creía también en
contratar a jóvenes a quienes entrenar y enseñar y de quienes exprimir hasta la
última idea y rara vez, este genio de la publicidad se vio condicionado por sus
clientes, ya que él creía en sus ideas y sus clientes por consiguiente, debían
creer en él. Albert Lasker, nunca llevó
el trabajo a casa y rara vez se reunía con compañeros de trabajo, de hecho
ambos preferían la compañía de intelectuales, músicos o incluso escritores.
A una no muy avanzada edad, este
genio, decidió dejar la agencia. Y es que según él, la publicidad estaba
convirtiéndose cada vez más en un negocio mecánico que poco tenía que ver con
su forma de trabajo, ya que como se ha dicho antes, la originalidad de Lasker no
se guiaba por estudios de mercado, sino por su incesante curiosidad además de su agudo
instinto.
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